La cultura prehispánica: Mexica dominó una zona muy amplia de mesoamérica, tenían una excelente organización militar para emprender sus conquistas, los pueblos conquistados pagaban tributos por lo que esto ayudó a fortalecer su economía. La guerra fue importante en la sociedad mexica y en su religión. En el ejército mexica destacarón dos órdenes militares: los caballeros águila y los caballeros jaguar.
Esta máscara representa a un caballero águila, la elaboramos mi hijo y yo para un proyecto escolar.
Para la base de la máscara forramos un globo con pedazos de papel periódico y una mezcla de agua 30% con pegamento un 70% aproximadamente. Se puede utilizar engrudo como el que se utiliza para la elaboración de las piñatas. Colocamos 4 capas de papel y dejamos secar un día en un área ventilada.
Una vez seco el globlo, colocamos pedazos de periódico enrrollado para los detalles de cejas y orejas, para la nariz del caballero arrugamos un pedazo de periódico y para el pico del águila utilizamos cartulina y trozos corrugados de papel, todo se va sujetando con cinta adhesiva (diurex o maskintape).
Se ponen dos capas de papel de cocina o papel higiénico con la mezcla del pegamento y se deja secar un día.
Posteriormente se pinta con pinturas acrílicas y se decora con plumas y abalorios.
Los trajes y accesorios que utilizaban los caballeros águila eran bellísimos y llenos de color, no cabe duda que tenemos un hermoso legado.
El escuadrón del barrio de Icxitontli no era sino uno más entre los cientos de escuadrones que avanzaban por la calzada de Iztapalapa. La mayor parte del ejército estaba integrada por los escuadrones de águilas y ocelotes, feroces guerreros curtidos en el fragor de muchas batallas. En los rostros de los muchachos de los barrios se advertía la preocupación y el nerviosismo. Las águilas y los ocelotes, en cambio, caminaban tranquilos y seguros, permitiéndose incluso charlas y bromas: ir a la guerra era su profesión, y hacía tiempo que habían aprendido a controlar el miedo.
Desde el centro de la formación surgió entonces el grave lamento de un trompeta de caracol marino: era la señal de ataque. Los flecheros mexicas rociaron la empalizada de los chalcas obligándolos a salir a campo abierto. Cuando esto ocurrió, el ejército mexica avanzó rápidamente al encuentro del enemigo, conservando su formación compacta.
Los primeros en entrar en acción fueron los escuadrones populares, que asestaron un duro golpe a las formaciones chalcas, pero sufrieron también muchas bajas. Cuando el frente de la formación empezaba a debilitarse, los guerreros águilas y los ocelotes, que habían permanecido detrás de la línea de combate, irrumpieron súbitamente, con una bravura inigualable, obligando a los chalcas a retroceder y batirse en retirada.
Fragmento tomado de Un día en la vida de un guerrero mexica.
Pablo Escalante Gonzalbo